La J. de García López no es de Juan, de Jorge o de Jaime, es de Julieta.
Nuestra empresa lleva el nombre de su fundadora, doña Julieta Bravo de García López, quien nació en Veracruz en 1939.
Con una mente visionaria adquirió junto a su marido un terreno en Huixquilucan, Estado de México, donde montó el primer crematorio fuera de panteón; lo que le permitió apuntalar su empresa y, con ayuda de los vecinos, comenzó a modernizar el municipio.
Doña Julieta se encargaba de atender los servicios funerarios de principio a fin; ella misma recibía las llamadas antes de que existiera un call center y guiaba a los cortejos hasta el horno crematorio.
Después del temblor de 1985, doña Julieta y su esposo otorgaron el servicio sin costo a quienes lo necesitaran y se quedaron a vivir por 20 días en las instalaciones del horno crematorio.
Tiempo después, doña Julieta comenzó a vender Planes Funerarios a Futuro, buscando crear conciencia de la importancia de prevenir.
Ya que la empresa seguía creciendo, vio la oportunidad de adquirir un terreno en el centro de la ciudad donde fundó Casa Prim, la primera Casa Funeraria. La arquitectura tomando como base la arquitectura original, lo que dio origen al logo de J. García López.
A más de 45 años de la fundación, conservamos la visión de doña Julieta de brindar un servicio funerario cálido, cercano y empático.
En J. García López estamos convencidos de que la vida merece un Homenaje®, pero ¿qué es rendirle un Homenaje® a la vida? Es cuidarla evitando y previniendo cualquier causa que pueda interrumpirla. Es inspirar invitando a vivirla intensamente, a disfrutar al máximo cada día. Es conmemorarla recordando lo bueno que hubo en ella y brindando un Homenaje® con un servicio de excelencia.
En J. García López llevamos más de 40 años rindiendo un Homenaje® a grandes vidas y llevamos el mismo tiempo motivando a que más gente viva su vida como un gran Homenaje®.